
Un pedido de auxilio: ! Salven a las abejas! Es el post que escribió en su perfil de facebook Juan Alfredo Bastos Flores el 15 de febrero de 2017. Tiene 97 años —cumplidos en octubre de 2016— y ahora radicado en tierras orientales, es quizás el boliviano con más edad y activo en el uso de internet. Sin embargo, su relación con la tecnología es de larga data.
Se inició en lo digital con la multinacional IBM en 1949, pero no es hasta 2008 que recién ingresa al mundo de la redes sociales.«Tardé en ingresar a Facebook. Me costó hacerlo porque no sabía cómo. Ahora tengo un problema: tengo varios perfiles y a veces no sé cuál es válido», asegura Juan.
Una de las razones que más le impulsó aconectarse a la gran red, es que la mayoría de sus familiares, entre hijos, nietos e incluso bisnietos viven en el exterior y por ellos las innovaciones virtuales le facilitan ese contacto, ya sea por la red azul, por Skype o Facetime.
«Mi pronóstico se cumplió en el campo de las relaciones sociales con Facebook; ya que unió a familias, parientes, amigos, conocidos, y hasta a los perdidos en las brumas del tiempo. Así, un buen día aparecemos todos reunidos en una gran hermandad nunca antes soñada, ni en los más increíbles cuentos de nuestra niñez», escribe en el correo electrónico este entusiasta nonagenario de las redes.

Le gusta ver las fotos de sus familiares, y está suscrito —asegura— a una página de fotos antiguas de La Paz, y le presta mayor atención a aquellas imágenes que tienen que ver con la zona de Obrajes, pues ahí vivían sus abuelos. Y añora las avenidas llenas de árboles y con menos tráfico vehícular.
Usa las nuevas tecnologías de la comunicación para brindar variada información a sus 222 seguidores. Con frecuencia reflexiona sobre los problemas medioambientales y la necesidad de un cambio energético en el país. Es más, en un post de octubre de 2016 habla sobre un proyecto de energía limpia, pero hasta la fecha no recibió comentarios del Gobierno.
«La respuesta de Bolivia no sólo interesa a mi persona, sino a toda la humanidad, ya que la atmósfera contaminada afecta a 9 de cada 10 personas en el mundo, mata a 6,5 millones de personas por año y amenaza a un futuro próximo con espantosas calamidades. No dispongo de recursos suficientes para ayudar a la humanidad en esta coyuntura, y estoy perdiendo la esperanza de recibir ayuda de quienes están moralmente obligados a hacerlo».
La astronomía es más que una afición. En este campo asegura haber escrito un libro y haber desarrollado una teoría del cosmos, pero esa es otra historia.
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