Pese a que el Gobierno había destacado la reducción de la importación de combustibles, el informe del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) del mes de junio de 2017 muestra que las compras se incrementaron en 31 por ciento en términos de valor y 12 por ciento en volumen en relación a 2016.
“Nuestro país depende cada vez menos de la importación de combustible gracias al incremento considerable, durante la última década, de la producción de combustible en Bolivia”, señalaba el Ministerio de Economía en julio de 2016, pero las cifras muestran que las compras se incrementaron este año. En junio de 2014 Bolivia importó en el rubro de combustibles y lubricantes más de 479 mil toneladas por un valor de más de 544 millones de dólares; en igual periodo de 2015 las compras en volumen llegaron a casi 543 mil toneladas, por un valor de más de 452 millones de dólares; en 2016 las compras en volumen fueron de más de 520 mil toneladas, por un valor de casi 300 mil dólares; a junio de 2017 las compras en volumen ascendieron a un poco más de 581 mil toneladas, por un valor de más de 389 millones de dólares.
Esto pese a que se destaca “los niveles récord de inversión pública ejecutada en el último decenio” y la culminación de proyectos hidrocarburíferos como las plantas separadoras de líquidos de Gran Chaco en Tarija y de Rio Grande en Santa Cruz, etc.
En general, en los primeros seis meses de 2017, las importaciones bolivianas acumularon 4.385 millones de dólares, por la compra de casi tres millones de toneladas. Las categorías económicas con mayor porcentaje de participación sobre el total fueron: suministros industriales (30 por ciento del total); bienes de capital (24 por ciento); y, equipos de transporte, sus piezas y accesorios (16 por ciento).
El volumen importado entre enero y junio del 2017 tuvo una subida del 6 por ciento en comparación con 2016, es decir se compraron 143 mil toneladas más.
Foto: Ministerio de Hidrocarburos
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