Las denominadas “mulas” son personas que generalmente viajan en avión, tragan cápsulas de cocaína para transportarlas a otros países y pueden llevar hasta 120 paquetitos en sus intestinos. Se trata de gente considerada vulnerable, de bajos recursos, que son tentadas por un pago de 1.000 dólares, según una publicación de Clarín, la droga que llegó a Argentina bajo este sistema partió de Santa Cruz y en 2017 se incrementó en un 175 por ciento.
Con datos del Ministerio de Seguridad de la Nación argentino, durante la gestión pasada la cantidad de “capsuleros” que fueron detenidos se incrementó en un 175 por ciento en relación a 2016. “La tendencia es aún más llamativa si se tiene en cuenta que entre 2012 y 2013 los «ingestados» habían caído un 64% y se habían mantenido más o menos estables entre 2013 y 2016”.
La mayor parte de los transportadores de droga son mujeres, un 38 por ciento de los detenidos, según consigna la publicación.
Las “mulas” tragan cápsulas de entre 3,5 y 5 centímetros de largo con entre 10 y 17,5 gramos de cocaína cada una.
Los organismos de seguridad argentinos aseguran que el incremento se debe a los operativos que se realizan y que permitieron en 2017 decomisar 15 toneladas de cocaína.
“El año pasado tuvimos unas 8 condenas a penas de entre 4 y 5 años de prisión a través del sistema de juicio por flagrancia, que es muy rápido. Los capsuleros son personas en estado de vulnerabilidad que parten de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) engañadas. Les dan 1000 dólares y a cambio de eso le hacen «ingestar» hasta un kilo a las mujeres y hasta un kilo trescientos gramos a los hombres”, explico a Clarín Gustavo Montoya, a cargo del juzgado Federal de Oran, en Salta.
Según esta autoridad, los “capsuleros” que fueron detenidos se dirigían al barrio de Liniers, en Capital Federal, donde hay una importante cantidad de bolivianos, “los arrepentidos que declararon en el juzgado señalaron que primero los hacen practicar tragando trozos de zanahoria y luego, cuando llega el día del viaje, los hospedan en un hotel de Santa Cruz de la Sierra y ahí los encierran y los drogan. Por un lado les dan tranquilizantes y por otro pastillas de carbón para que no evacuen antes de tiempo”, agregó Montoya.
Fotos: Big Bang News, Itapúa Noticias y El Diario
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