Es docente en la Escuela de Bellas Artes, también es profesora egresada de la Normal Simón Bolívar y cursa los últimos años en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), reconoce que si estuviera casada no podría desarrollar todo su potencial artístico. Ella es Sofía Chipana Calle, la primera muralista de Bolivia y que abrió el camino para que más mujeres se sumen al arte de pintar grandes obras.
El muralismo tiene raíces revolucionarias y muestra la grandiosidad de los movimientos en la región de mayoría indígena. La Bolivia revolucionaria de 1952 está plasmada en las obras que dejó Miguel Alandia Pantoja y Walter Solón Romero y que pueden ser apreciadas en el Museo de la Revolución Nacional de la plaza Villarroel. Por eso no resulta raro que una mujer boliviana decida incursionar en un movimiento transgresor.
Sofía realizó su primer mural con un conjunto de artistas identificados como Grupo Apacheta en el tradicional paseo de El Prado, en la ciudad de La Paz, hoy destrozado por la construcción de un edificio estatal. Reconoce que en alguna medida sus polleras le dificultaron su trabajo, debido a que para ser muralista debe subir escaleras y otras acciones propias de este movimiento artístico, pero eso no fue un problema para hacer lo que le gusta.
Foto: Página Siete
Su padre influyó en su decisión de seguir una carrera muy poco redituable, según el criterio de algunos padres que prefieren que sus hijos estudien Derecho o Medicina. Desde pequeña observó las mezclas que realizaba su papá para empezar a pintar, aunque también escuchó las observaciones de su madre que le decía que la pintura no le auguraba un buen futuro.
Después de enfrentar sus primeros desafíos, ahora quiere terminar con su carrera universitaria, cursar un doctorado, viajar y desarrollar obras de arte novedosas, como el de elaborar un tejido mural transportable, algo que no se hizo hasta el momento. Pese a su corta edad profesional, ya fue invitada por grandes artistas bolivianos, como Roberto Mamani para ayudar a pintar el Condominio Whipala, en la ciudad de El Alto.
Tiene obras en Cochabamba, Santa Cruz, vendió su primer trabajo en Alemania, cuando viajó con el Grupo Apacheta, actualmente tiene 30 obras que están guardadas en espera de un retoque para ser expuestas, “pienso dedicarme al arte, pienso que si tuviera esposo no hubiera logrado lo que logré”, asegura.
Sigue una carrera muy costosa, por los instrumentos con los que debe trabajar, y tal vez sea una dificultad para que otros sigan su camino, por lo que pide a los “papás, por favor apoyen a sus hijos, denles la libertad de poder elegir la carrera que ellos deseen, no les priven, especialmente el arte”.
En los próximos días presentará una obra inédita sobre la batalla de Canchas Blancas, la única batalla que Bolivia le ganó a Chile.
http://www.eldiario.net/noticias/2015/2015_04/nt150408/opinion.php?n=27&-batalla-de-canchas-blancas
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