Giannina Machicado C.
Las cenizas de la artista plástica Inés Córdova fueron esparcidas en el Lago Titicaca en 2010 y este año pasará lo mismo con los restos de su esposo, el pintor y muralista Gil Imaná. Ambos momentos se reflejarán en el inicio y final de “Catálogo”, largometraje documental que exhibe el registro del patrimonio artístico de ambos artistas y que fue donado a Bolivia en 2017.
La producción de Verónica Córdova, cineasta y sobrina de la pareja, sigue a Imaná desde hace 11 años, en espera de poder filmar las últimas tomas en el lago las próximas semanas.
Ordenado como era, como lo recuerdan, Imaná se dedicó –desde la muerte de Córdova- a catalogar “antes de que sea muy tarde” todo su legado para entregárselo al pueblo boliviano. Ello se hizo realidad en 2017, cuando donó la obra y patrimonio de ambos a la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB). El generoso regalo constaba también de un inmueble que el artista quiso ver convertido en una casa museo.
La madrugada del jueves 28 de enero, el reconocido artista sucrense dejó de existir. Se encontraba delicado por su avanzada edad y sufrió una descompensación por la diabetes que le aquejaba hace años; aunque otro de sus propósitos era claro: quería reunirse con Inés.
“Es como perder a un padre, pero él estaba ya deseoso de partir. Sé que ahora está cumpliendo el deseo que hace 11 años lo tenía esperando. Ahora ellos están juntos”, recordó Córdova.
“Desde siempre, mi tío manifestó su deseo de ser cremado para que sus cenizas sean esparcidas en el Lago Titicaca de la misma forma que se hizo con su esposa”, aseguró la realizadora, quien espera el momento factible para poder viajar, hacer la ceremonia en el lago y terminar el filme.
Ese deseo es parte de los preparativos para sus exequias y acordado con la funeraria desde 2017, por lo que un velorio con el cuerpo presente no podrá realizarse. Sin embargo, se realizará una ceremonia entre el sábado 30 y domingo 31 en la funeraria Santa María. Esta información se comunicará en las próximas horas para quienes quieran despedir al prolífico muralista.
“Catálogo” es el título del filme que documenta la historia de amor de ambos, aunque sin la presencia física de uno, y también el periodo de la vida de Imaná en la que cataloga toda su obra para poder donarla y, a través de esa acción, cerrar el ciclo de su vida y su aporte a la cultura boliviana.
De acuerdo con Córdova, el documental se inició en 2010 y “acompaña a Gil Imaná durante una década, entre el fallecimiento de su esposa y el fallecimiento de él. Ese ha sido el plan que hicimos con mi tío todos estos años”.
A la espera de la apertura de la Casa Museo en Sopocachi, la cineasta espera que este año empiecen los trabajos de remodelación del inmueble, ya que el retraso se dio por las actuales circunstancias.
Para ello, y como Imaná “fue tan cuidadoso y protector de su legado”, Verónica filmó una serie de entrevistas en las que él da instrucciones acerca de cómo quiere que sea el museo.
“Mis tíos, muy temprano en su relación y en su matrimonio decidieron no tener hijos, porque ellos querían que sus obras sean su familia y cumplieron con eso”, agregó la cineasta, quien espera poder estrenar el documental este año, ya que actualmente son varias las películas nacionales que postergaron sus estrenos debido a la pandemia.
Hablar de Gil Imaná e Inés Córdova es hablar de arte y amor, de amor y arte. La especialidad de cada uno: la pintura y la cerámica se fusionaron en el primer mural cerámico de Bolivia, trabajo iniciado en 1964 y calificado por él como “nuestra luna de miel».
Cuando las cenizas de Imaná se esparzan en el lago navegable más alto del mundo, el complemento que fueron el uno para el otro irá más allá de sus muertes.
Facebook Comments