La activista Amparo Carvajal considera que en Bolivia se vive una “dictadura de guante blanco”.
Amparo Carvajal, la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB), en entrevista con Página Siete, declara que Bolivia vive una “dictadura de guante blanco” y que se diferencia de las anteriores en que los militares están en sus cuarteles y los tanques no están en la calle.
Dice que las movilizaciones apuntan a que Evo Morales asuma el compromiso de no volver a postular en 2019; sin embargo, indica que se le garantizará que termine su mandato.
La Asamblea, junto con otras organizaciones como la COB y la UMSA, ha restituido el Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (Conade), institución creada en la década de los años 80 para luchar contra la dictadura de Luis García Meza. Estas instituciones consideran que la democracia boliviana está en riesgo.
¿Cuál es la diferencia del Conade de los 80 y el de ahora, al margen de las diferencias históricas?
Siento una similitud increíble con este momento, con la diferencia que en ese momento teníamos a los militares más activos públicamente y ahora están encerrados en los cuarteles. Pero, es la sensación que en aquel momento teníamos, después de lo que pasó con el pedido de la amnistía para todos los presos con Hugo Banzer, después de venir creyendo que ya teníamos la democracia con la OEA (las sesiones en Bolivia) y el golpe… Yo veo poquísimas diferencias. Ahora es una dictadura de guante blanco, una dictadura en que no se ve al militar, no se ven los tanques en las calles, ésta es una dictadura de guante blanco. Todo código que se cambie realmente es para mejorar, pero no para meter algo que mantiene en contra. El Código Penal está hecho de una forma que dices qué mano blanca o negra actúa en este sistema.
¿Usted diría entonces que es una dictadura con otros métodos que tradicionalmente atribuimos a los militares?
Sí, aunque lo que pasó en San Francisco con los jóvenes (que han sido torturados el día que pasó la carrera del Dakar). Yo he estado con ellos y alguno me decía “he temblado” y es como el temblor de Gloria Ardaya debajo de la cama (durante la masacre de la calle Harrington). Estos muchachos temblando también sentían la bota; uno de ellos se preguntaba: “Estoy muerto o estoy vivo”. Ahí pasa la bota y temblaba, temblaban los jóvenes. El paro, la marcha, en Santa Cruz y otros lugares, parece que no pasa nada en el país, pero yo sentía que pasaba mucho. Ahora parece que la razón para ellos es la verdad asumida y que todo el pueblo hablando no tiene razón y que somos unos pocos que molestan y no llegamos al fondo del momento histórico que tiene Bolivia. El poder es manejado con una táctica muy semejante, no sé qué asesoramiento tienen, pero es como Venezuela. Es un poder como una especie de mafia oculta que maneja y que tiene la fuerza de llevar a un pueblo. Hasta esos bonos, con los que yo no sé quién va a poder gobernar luego, después el fondo del país, con trabajo con mejor salud, con una educación mejor, con una mejor vivienda, eso no existe; estamos viviendo en un mundo de apariencia.
¿El objetivo del Conade es que se abrogue el Código Penal o es que se respete el resultado del 21 de febrero?
Yo le escribí al Presidente una carta pidiéndole la derogatoria, tal como me pidieron los médicos. Y recibí una carta de (Héctor) Arce, del Ministro (de Justicia), donde me decía que me reconocía a mí como presidenta nacional de la Asamblea (de Derechos Humanos), y que debía proteger esos derechos y que realmente ese decreto no se podía derogar. También me dice que va a ser aplicable dentro de 18 meses y me resumía más bien que yo como presidenta defendiera la salud. Pero, la crisis es tan fuerte que tiene el Hospital de Clínicas o el Obrero u otros hospitales, igual que las cárceles, es algo que no ha cambiado nada de la época en que yo llegué, o sea diría yo que están peor, donde tienen ahí entubada a la gente y riegan el suelo con manguera y no tienen control. El Hospital de Clínicas lo he visitado, yo conozco el problema de la salud, como conozco el problema de la educación, como conozco el problema social de este país.
Por toda la descripción que hace del Gobierno, ¿usted cree que el Presidente debería irse del poder?
Cuando corresponda. En éste el Conade le va a decir que van a respetar que termine su mandato, pero que lo termine de la mejor manera, que le van a reconocer por lo bueno que ha hecho. En el año 70, para ir al Chapare, a los Yungas, se tardaba 12 horas, 14 horas, ahora se va en cuatro horas. Eso hay que reconocerlo, después de 40 años hay más edificios, la gente en el campo estaba más olvidada, pero dicen “ahora en nuestro momento”. Qué bien que sea tu momento, pero qué pena que sea con la venganza, con el resentimiento.
Entonces, ¿la resolución sería que respetan que termine su mandato hasta 2019, pero que en 2019 realmente deje el poder porque ya le corresponde irse?
Sí, pero que ya él anuncie que no se presentará a elecciones, que no se puede y tiene que ser así de claro porque es un ejemplo para el pueblo. Si él no respeta la Constitución, el pueblo en general va a gritar que tampoco respeta nada porque es un derecho. Así de claro. Si tenemos una Constitución que ha costado sangre, porque ha habido muertos, que la hemos llorado, que la hemos respetado. Si nuestro máximo (representante) encuentra, o la justicia encuentra modos para explicarnos que es un derecho de la persona humana ser reelegida eternamente, rompe esa Constitución, entonces tú lo que tienes que hacer es decir “bueno si mi Presidente encuentra como eso, cómo yo no voy a romper todo lo que quiera en este país. Él me está fallando”.
En su criterio, ¿quiénes son los que protestan? García Linera dice que es la clase media decadente que está dolida de la emergencia de la clase media popular. ¿Usted que puede decir?
Que si somos de derecha los que protestamos o somos de izquierda, la derecha o la izquierda, ya no sabemos quién es quién, hay un abuso del lenguaje y un mal uso de la misma palabra socialista. Con la migración del campo, se formó y creció una clase media que tendría que ser para estudiar; pero un empresario me decía, no entiendo por qué vendo tantas máquinas lavadoras, y tú sabes que ahora no se pisa la coca, ahora se mete a una lavadora con el líquido y (la cocaína) se saca por la manguera. A mí lo que más me da pena es que yo como educadora siento que con estos discursos lo que se logra es una clase resentida. Veo a esas mujeres del Chapare que, si realmente las escuchas hablar, sólo dicen “es nuestro momento, es nuestro momento” porque es el momento de la pollera. Yo les digo “y tú sabes cómo te impusieron esta pollera y cómo una pollera es unos metros más de mi falda y entonces yo quiero razonar contigo”. Así les dije cuando tomaron la Asamblea (de Derechos Humanos) las Bartolinas. ¿Qué quiere decir tu momento, el resentimiento contra quién? No me pasa tanto con las tierras bajas, pero sobre todo me pasa con toda la gente aymara del altiplano.
¿Usted cree que el Vicepresidente ha alimentado eso?
Sí, alimenta ese resentimiento, y me da mucha pena.
¿Hay como un racismo a la inversa?
Hay un racismo a la inversa, hay un racismo, resentimiento más que racismo. Hay un resentimiento de decir “ahora es mi momento”. Es bueno que tengas tu momento, pero el país queda resentido, dividido, y eso no beneficia a nadie.
Y el liderazgo de la COB, ¿a qué obedece?
La COB la pusimos por delante, pero (Alfredo) Rada y otros dicen quién es ese señor que dirige la COB. A Lechín no se hubiera atrevido a decirle lo que le dicen a este (secretario ejecutivo, Guido Mitma). Las organizaciones en el nuevo congreso le van a liquidar y él no cabe duda que quisiera seguir porque es joven y aunque quisiera seguir trabajando, pero él tiene también su historia dentro de ese proceso.
¿Cómo está el sistema de derechos humanos en Bolivia? Usted ha sido acosada por movimientos oficialistas.
He sido elegida en el 2 de julio del año 2016 y llevo más de un año. El 18 de nuevo tuve a todos mis ejecutivos a nivel nacional; mi antecesora dijo que era necesario que no estuviese centrada la dirección aquí, que estuviese en cada parte. Yo al principio no lo veía, porque aquí necesita estar la nacional porque tiene más fuerza y se desarrolla todo. La Asamblea no es una ONG, la Asamblea es un grupo de personas que se reunieron en tiempo de la dictadura, en 1976, hace más de 40 años, después de oponernos el gobierno de Banzer, fundamos la Asamblea y nos acogimos a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y actuamos porque no había otra forma. Después, en el periodo hasta la democracia con Siles, con esta dictadura que les he señalado, con este Conade, intentamos con Siles Zuazo sacar unos estatutos que nos daban la legalidad. Yo me estoy acogiendo a hacer una Asamblea participativa. Ahí es donde voy a lo de la COB, lo va a tener muy difícil porque ahí son las organizaciones las que participan, si tú cooptas a los mineros, cooptas a los cooperativistas, cooptas a las organizaciones fabriles, se cambia el concepto de estas organizaciones. Ahora me encuentro con otros protagonistas muy interesantes, con los jóvenes, con los colectivos.
¿Es el momento de los colectivos?
Es el momento de los colectivos; y a esos colectivos les interesa el medioambiente, el planeta, lo ecológico; les interesa también volver al campo. Hay muchísimos jóvenes que están haciendo el proyecto de volver a conocer cómo vive el campo.
¿Qué opinión tiene sobre el trabajo del Defensor del Pueblo?
Muy triste, como se sabe, se ha fundado con Ana María Campero y pensábamos que por la historia era realmente un honor para Bolivia, no todos los países tienen esta figura.
Este Defensor no ha respetado ser un defensor del pueblo porque se ha parcializado con un gobierno; este Defensor es parte del sistema y es empleado del Gobierno.
Tiene una forma de actuar diferente, que no corresponde a lo que se consolidó en la década en que se fundó la institución después de una lucha de muchos años.
Ahora , la Defensoría del Pueblo actúa de una forma que realmente va a quedar para la historia; con un uso del lenguaje, donde el poder lo tienen ellos, el poder tiene la razón, es la verdad absoluta. Los que estamos en contra de ello somos enemigos de la verdad, enemigos de la razón, enemigos del bienestar del pueblo y eso no puede ser. Ese absolutismo, creer que “yo soy el que mando”, no puede ser.
Este momento es histórico. Si los dictadores sacaban con su poder las armas, los tanques, este momento es el poder de la palabra.
Usted ha sido una mujer de izquierda, ¿considera que el país está viviendo con un régimen de izquierda y socialista?
En absoluto. Como nunca la banca está más conforme, como nunca la empresa privada está más conforme, como nunca hay unas diferencias sociales increíbles, y eso para mí no sería el proyecto de izquierda. Parece que, como nunca está la dominación del poder.
Acciones del MAS para controlar la APDHB
La Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB) es una de las instituciones que pese a todos los intentos desplegados el MAS no logró controlar.
En 2014, diferentes organizaciones del MAS, entre ellas las Bartolinas, en compañía de la activista y ahora representante de la Defensoría del Pueblo en La Paz, Teresa Subieta, tomaron violentamente la sede de la Asamblea para impedir la realización de un congreso con miras a nombrar una directiva.
Entonces, Amparo Carvajal era presidenta de la Asamblea de La Paz. En julio de 2016 fue elegida como presidenta de la Asamblea de Bolivia, lo que acrecentó el acoso oficialista en contra de la organización.
Ese mismo año, cocaleros y otras entidades del MAS le pidieron su renuncia por haber retirado la acusación en contra de Leopoldo Fernández por el caso Porvenir.
El febrero de 2017, miembros de la Federación de Trabajadores Mineros de Bolivia tomaron violentamente la sede de la organización, en otro intento por controlarla.
Y, en octubre, directivos de varias regionales de la Asamblea le pidieron la renuncia a Carvajal, disconformes con la forma de administrar la institución.
Las arremetidas también surgieron de parte de autoridades de Gobierno que, olvidando que en el pasado fueron protegidos por la misma Carvajal, ahora la acusan de ser defensora de gamonales y criminales, en alusión al exprefecto de Pando Leopoldo Fernández, acusado por la masacre de Porvenir, proceso del que la Asamblea ya no es parte.
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