“A seis meses del golpe de Estado, #Bolivia no solo está paralizada sino que retrocede, vuelve a tiempos neoliberales con más desempleo, pobreza, corrupción, nepotismo, judicialización de la protesta, persecuciones y violación a libertad de expresión. Renace el fascismo y el racismo” (sic), escribió el ex presidente Evo Morales en Twitter, plataforma desde la cual ha estado haciendo activismo político desde que renunció a la presidencia del país, hace medio año.
Un 10 de noviembre de 2019, a media tarde, Morales dimitió al cargo en plena crisis poselectoral luego de que se conociera un informe de la OEA que señalaba una serie de inconsistencias en la administración de los comicios generales celebrados el 20 de octubre.
Morales tomó la decisión desde el Chapare, a donde se trasladó en sus últimas horas en el país para luego partir a México, en calidad de asilado. Después de un mes y en medio de la crítica del Ejecutivo boliviano por su activismo político incesante, Morales se trasladó a Argentina el 12 de diciembre, desde donde asume la jefatura de campaña del MAS para las nuevas elecciones generales en la que su exministro de Economía, Luis Arce, es el candidato presidencial.
El país ingresa desde hoy a una etapa de cuarentena dinámica debido a la pandemia del covid-19, mientras que el partido de Evo Morales presiona para que se aceleren los comicios. La bancada del MAS aprobó una polémica norma en la que fija el 2 de agosto como fecha de las nuevas elecciones, algo que ha sido criticado en el país por el ascenso del contagio del covid-19.
La noche del domingo, en el día que se cumplían seis meses desde la renuncia de Morales, militantes del MAS protagonizaron un “petardazo” nacional para exigir la renovación del gobierno interino.
CORREO DEL SUR
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