La Feria Internacional del Libro de La Paz tendrá cuatro salas para presentaciones de libros, lecturas, debates y otros. Uno de los ejes de este evento es dar protagonismo a las mujeres en el mundo de las letras. En ese entendido estos son los cuatro nombres de las salas y una sinopsis de las razones que llevaron a su elección.
La Sala 1 está dedicada a Domitila Barrios. Ella fue una líder boliviana en la lucha contra la dictadura y por la búsqueda de derechos de los mineros, mujeres y trabajadores en general. Domitila nació en Llallagua, Potosí, el 7 de mayo de 1937 y empezó a trabajar como palliri en las minas. Se casó con un minero de apellido Chungara y en 1952 tomó el cargo de Secretaría general del Comité de amas de casa del Distrito Minero Siglo XX.
En 1975 participó de la Tribuna del Año Internacional de la Mujer en México llevada a cabo por la Organización de Naciones Unidas. Esto dio pie al libro: “Si me permiten hablar…” Testimonio de Domitila, una mujer de las minas de Bolivia. Ese mismo año fue una de las líderes en la huelga masiva de hambre que propició que Hugo Banzer Suárez, militar, termine su dictadura. Domitila tuvo una vida de lucha y persecución. Falleció en Cochabamba el 13 de marzo de 2012 debido a un cáncer de pulmón.
La Sala 2 está dedicada a Feminiflor que fue una revista boliviana con enfoque feminista publicada entre los años 1921 y 1923. Ésta fue fundada y dirigida por el Círculo Intelectual de Señoritas de Oruro. La revista se abrió un espacio entre la prensa y promovió la producción intelectual de las mujeres. Además de ensayos y poesía sus fundadoras y colaboradoras usaron el humor como recurso para cuestionar los roles asignados por género.
Las mujeres a cargo de la revista fueron: Laura Graciela de la Rosa Torres como directora, Bethshabé Salmón Farichas como jefa de redacción y Nelly López Rosse como administradora. Según la investigadora literaria Fernanda Verdesoto, los objetivos de la revista eran promover la producción intelectual de mujeres, impulsar las relaciones de sororidad femenina y reivindicar a la mujer en Bolivia.
La Sala 3 está nombrada como Emma Villazón, la poeta. Ella fue una de las poetas bolivianas más destacadas del siglo XXI. También fue investigadora literaria y coeditora de la revista literaria chileno-boliviana Mar con sorojche. Dos de sus obras fueron publicadas tras su muerte. Villazón concebía la poesía “como un acto violento y también de resistencia”. Así escribió en su última obra: “La poesía de ayer y hoy en Bolivia”.
La poesía de Villazón exploró las travesías hacia los límites de lo decible, lo humano e incluso lo vivo. Así se describía su trabajo. Marina Arrate, poeta chilena y amiga de Villazón dijo que era “una aguda premonición”. En ese sentido, Villazón no podía concebir la poesía sino como una perturbación del lenguaje, “como un acto violento y también de resistencia”, diría en “La poesía de ayer y hoy en Bolivia”. Es fue la última ponencia antes de su muerte, preparada especialmente para la versión de 2015 de la Feria Internacional del Libro de La Paz.
La sala 4 está bautizada con el nombre de Ateneo Femenino. Este fue un grupo de mujeres que tenía representación de una clase media-alta, pero fue un punto clave para desarrollar propuestas que desafiaban posturas conservadoras. El Ateneo tenía el propósito de dar voz a mujeres a través del arte y la palabra escrita. El grupo fue fundado por María Luisa Sánchez Bustamante en la ciudad de La Paz el año 1923 y propició la creación de otros “Ateneos” en Oruro, Sucre y Cochabamba, todos estos también liderados por mujeres intelectuales.
Uno de los acontecimientos que marcó el enfoque que defendía el “Ateneo Femenino” fue la organización de la primera Convención de Feministas en 1925. Esta reunión tuvo como punto principal el análisis de la Constitución para incluir el derecho a voto para las mujeres que sabían leer y escribir. Hoy en día nos queda su legado y la memoria de una revolución que está presente más que nunca.
Cuando los visitantes a la Feria del Libro pasen por cualquiera de las salas podrán conocer el legado cultural de mujeres en diferentes ámbitos del arte. Es un objetivo del directorio de la Cámara Departamental del Libro de La Paz reconocer ese aporte para pasar del discurso a acciones de todo tipo. Y como mencionan muchas corrientes feministas: Lo que no se menciona, no existe.
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