De 2014 a 2016, las exportaciones de Bolivia a Brasil se redujeron en 2.481 millones de dólares debido principalmente a la caída de los precios de las materias primas y la reducción de las compras del país vecino. Pero las malas noticias no terminan ahí, porque surgieron condicionantes para que el Gobierno brasileño compre más gas natural.
El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) presentó un informe en el que se observa que en 2014 las ventas a la nación vecina ascendieron a 3.844 millones de dólares y en 2016 bajaron a 1.363 millones de dólares, por lo que el saldo comercial del año pasado fue negativo en 118 millones de dólares.

El IBCE hace un ejercicio y señala que si se excluyera las ventas de gas natural la balanza comercial con Brasil sería negativa en 1.417 millones de dólares, esto confirma que las principales ventas al país vecino son del energético.
Un reporte del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla) señala que Brasil condiciona el nuevo contrato de compra de gas natural y que el mismo se ajustará al nuevo contexto energético de Brasil. El embajador brasileño acreditado en el país, Raymundo Santos Rocha, reveló que la crisis económica en su país achicó el aparato productivo y los niveles de consumo de gas boliviano, que representó una cifra de desempleo, situación que buscan revertir con medidas políticas, financieras y fiscales.
El diplomático destacó que el precio del gas boliviano es más estable que en el mercado abierto, luego de evaluar el contrato de compraventa de gas suscrito en 1996, con una duración de 21 años, que se contabilizan a partir de 1999 hasta 2019.
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