Por: Yessica Poma
El mediático caso Odalys, ha perdido su esencia humana ante el voraz apetito de los medios por el morbo y la virilidad.
Las actualizaciones del caso ya no llevan tradicional pirámide invertida del periodismo y al contrario son reiterativos, refritos con titulares sensacionalistas y llamativos.
Lo que debería ser una historia de preocupación y búsqueda empática se ha convertido en un triste espectáculo de conseguir viralizar sus portales y conseguir más likes.
La desaparición de personas es a día, independientemente de su género o edad, es un problema persistente y agrava muchas de sus situaciones. Sin embargo; es alarmante observar la falta de atención y cobertura por parte de los medios de comunicación hacia la mayoría de otros casos y muchos no resueltos. La investigación periodística parece ser casi inexistente en muchas de las publicaciones de medios de comunicación y por otro lado; muchas familias quedan sin respuestas o algún solución a sus pedidos de justicia.
En contraste, el caso Odalys recibió una atención sin precedentes de los medios de comunicación. Desde su desaparición el pasado 30 de marzo, se desplegaron brigadas de búsqueda, drones y helicópteros en un esfuerzo por encontrarla. Sin embargo, lo que podría haber sido una cobertura informativa responsable se ha convertido en una exhibición del morbo. Algunos medios que no descartaron usar la vida personal de Odalys para exponerlo a la opinión pública, dando como resultado las críticas a la familia, al ex novio, llegando hasta a su hijo pequeño donde es sujeto a diversos comentarios ajenos. Algún que otro familiar opina sin tapujos hipótesis de un crimen.
El sensacionalismo llego al punto en que la cobertura ya no se trata de informar, sino de atraer espectadores ávidos de drama, morbo y mayor tráfico de visitas en la web. Los titulares subjetivos, las noticias poco fundamentadas solo sirven para alimentar la especulación y el miedo en sus publicaciones, caso contrario al no proporcionar una comprensión clara y precisa de la situación.
Este enfoque sensacionalista no solo es irresponsable desde el punto de vista ético, sino, también socava el propósito fundamental del periodismo de informar de manera objetiva y veraz. Además, desvía la atención de otros casos de desaparición que también necesitan ser investigados y resueltos.
En resumen; este caso ejemplifica los problemas más amplios del periodismo actual en Bolivia, la falta de investigación, el sensacionalismo irresponsable, la falta de rigor en la cobertura informativa, que son fundamentales para cualquier nota periodística. Es fundamental que los medios y las autoridades involucradas reconozcan estos problemas, trabajen para abordar los casos de manera efectiva. Para garantizar que todos los casos de desaparición reciban la debida atención y la investigación que merecen.
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