En la clausura del III Encuentro de Muralismo “Raíces Latinoamericanas”, realizado en La Paz, del 27 de agosto al 7 septiembre, los artistas participantes solicitaron que se preserve la obra de Miguel Alandia Pantoja (1914-1975), uno de los artistas plásticos nacionales más influyentes e importantes del siglo XX.
“Solicitamos a las autoridades correspondientes que toda la producción artística del maestro Alandia Pantoja sea declarada patrimonio nacional de Bolivia y se sume al extraordinario patrimonio artístico y cultural del pueblo boliviano y, por consiguiente, a los patrimonios culturales que enriquecen a nuestros pueblos y naciones del mundo”, indicó Isabel Illanes, en representación de los artistas participantes.
De acuerdo al muralista Javier del Carpio, la colección privada que Alandia Pantoja recopiló durante su vida, que incluye obras de otros autores y las suyas, está siendo ofertada por su hijo, también de nombre Miguel. En ese sentido, piden que se nombre patrimonio para evitar su venta y que salga del país.
“La colección consta de 160 cuadros, pinturas a caballete y 34 bocetos de mural. El objetivo inicial era crear una especie de fundación a cargo de Sergio (Alandia) y con colaboración del colectivo Cementerio de Elefantes; pero Sergio sufrió un contratiempo de salud y está inhabilitado de tomar algunas decisiones. Entonces, quien se está haciendo cargo de todo esto de la venta es su otro hijo, Miguel, que vive en Cochabamba”, detalló del Carpio.
El muralista agregó que la visión de Sergio Alandia era construir un centro cultural o museo que recoja la trayectoria artística de su padre y su participación en los distintos procesos políticos del país.
En el encuentro participaron 16 muralistas internacionales que llegaron de Argentina, Chile, Japón, México, Perú y Uruguay, además de 98 artistas nacionales de Cochabamba, El Alto, La Paz, Oruro y Tarija. Ellos presentaron un pronunciamiento conjunto en el que demandan el resguardo del legado de uno de los principales referentes del muralismo boliviano.
“El derecho a la cultura de nuestros pueblos se vuelve una línea de acción para todas y todos los artistas trabajadores de la cultura, no solo en nuestra América, sino también en todo el planeta. Consideramos que este derecho es inalienable e imprescriptible”, agregó Illanes, quien además solicitó a las autoridades municipales comprometerse a rescatar la obra del maestro Alandia Pantoja.
En ese sentido, el secretario municipal de Culturas, Andrés Zaratti, indicó que esta semana convocará a una reunión a instituciones como el Ministerio de Culturas y Turismo y la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FCBCB) para analizar acciones al respecto.
“Además, vamos a necesitar la colaboración de los colectivos internacionales para ayudarnos a presionar con manifiestos sobre la necesidad de nombrar patrimonio nacional a la obra de Alandia Pantoja y también de los colectivos locales para recuperar la obra y preservar su memoria. Sería una pena para el país que se fragmente como hay la posibilidad y ahí, nosotros como municipio, tenemos que apoyar”, afirmó Zaratti.
Miguel Alandia Pantoja
El artista nació en la zona minera de Catavi, Potosí en 1914. A los 18 años participó en la Guerra del Chaco (1932-1935) y fue hecho prisionero. Inició su obra muralística en 1952, cuando pintó el mural «Historia de la Mina», en el hall del entonces Palacio de Gobierno, que fue destruida en 1965.
Sus primeros trabajos se dedicaron al patriotismo y la exaltación indigenista. Las obras del período que siguió a la guerra se caracterizaron por la afirmación de la identidad nacional, la fractura del poder de los «barones del estaño» y los grandes propietarios de tierras; y por el ascenso de nuevas fuerzas políticas, la organización de sindicatos obreros en las minas y movilizaciones indígenas y campesinas, aspectos que se plasmaron en murales, cuadros y dibujos.
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