Una larga fila espera recibir la bendición de abundancia de una mujer, quien asegura que en sus manos está la suerte de volver esos deseos en realidad.
Cientos de personas llevan sus anhelos en miniatura a Marina Vargas, para que ella los envuelva y bendiga con sus famosos Taris de la fortuna. «Soy una mujer de fe, yo creo en esto. Las casas, autos, edificios, todo se hace realidad con fe», dijo.
En la avenida Camacho, frente a la parada de buses Pumakatari, está ubicado el puesto de doña Marina: «Taris de mucha bendición de la señora Marina Vargas», dicen los carteles que le hacen publicidad desde hace 25 años.
Los taris, las manos y el corazón de doña Marina están llenos de fe y esperanza, valores que ha decidido compartir con la gente de la ciudad de La Paz en la tradicional feria de la Alasita.
«Ha venido una pareja de peruanos que debía mucho dinero en su país, yo he bendecido su plata y este año terminan de pagar, también una señora vino con su edificio y este año le están trayendo sus ascensores», comenta, entre los recuerdos más extraordinarios.
Testimonios encontrados en la misma fila aseguran que sus compras en miniatura se hacen realidad con la venia de doña Marina. Cada 24 de enero los paceños celebran la tradición de la Alasita que en su significado aymara es «cómprame». Los ciudadanos llegan a este evento con la fe de comprar su sueños en miniatura y con el tiempo volverlos realidad.
Esta feria esta acompañado por el Ekeko, dios de la abundancia.
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