El destacado músico y director de coros, José Lanza Salazar, falleció hoy por la mañana a los 72 años en su domicilio ubicado en la zona de Sopocachi, según confirmó su familia. A partir de las 14.30, los restos de Lanza son velados en el Salón de Honor del Palacio Consistorial y mañana, martes 8 de enero, a las 16.00 se hará su traslado al Parque Cementerio Celestial (Obrajes).
En diciembre pasado, Lanza recibió el título de Hijo Predilecto del Municipio de La Paz, por sus 55 años de trayectoria. El nombramiento fue otorgado por el Concejo Municipal, a iniciativa de la Secretaría Municipal de Culturas.
En la ocasión, y bajo la mirada de un busto de Ludwig van Beethoven colgado en la pared sobre su escritorio, el maestro Lanza habló acerca de su actividad artística y recordó algunos pasajes importantes de su vida.
“Empecé como director de coros en 1963 cuando aún estaba en colegio. Después me casé y la primera obra que hice el año 1966 fue ‘Aida’, con la Sociedad Coral Boliviana (SCB). Luego vinieron grandes obras que me han dejado recuerdos muy hermosos. Es difícil resumir 55 años en pocas palabras, así que sólo puedo decir que soy una persona orgullosa de lo que ha significado su vida profesional”, dijo.
Asimismo, calculó que “se han formado conmigo unos 5.000 coralistas. Son personas que también fueron paulatinamente directores de coros y de orquesta, además de muchos cantantes solistas surgidos de la SCB”. El dato fue corroborado por su esposa, María Cristina Segurola, a quien Lanza llamaba su “chanchullo” cuando la memoria le fallaba.
Al recordar su mejor anécdota, se transportó a Costa Rica, donde entre 1987 y 1988 cumplía una misión diplomática y logró ser director titular del Coro Sinfónico Nacional. Varios recortes de periódicos de ese país, colgados en las paredes de su estudio, dan cuenta de la importancia de su paso por esa prestigiosa entidad.
Cuando se estrenó, en Costa Rica, con la novena sinfonía de Beethoven —contó— le preguntaron sobre el número de ocasiones que esa obra se había interpretado en Bolivia. “El no haberla hecho nunca acá y que yo mereciera elogios al haberla dirigido allá, fue uno de los piropos más inolvidables para mí”, expresó.
“Creo que he cumplido. Me faltó hacer alguna que otra obra grande que he dejado de lado, pero también hubo obras gigantescas que hemos cantado una sola vez”, recordó sobre ‘Missa Solemnis’ de Beethoven, “una de las más fabulosas que se han hecho”.
De igual manera, aseguró que su logro más importante —por su dificultad— fue la puesta en escena de ‘El Requiem’ de Verdi.
José Lanza Salazar nació en La Paz en 1946. Inició su formación —en la especialidad de Dirección Coral— en el Conservatorio Nacional de Música de La Paz. En noviembre de 1966 participó en la fundación de la Sociedad Coral Boliviana.
Su aporte no sólo fue a través de la música, ya que Lanza también fue Oficial Mayor de Culturas y director del Teatro Municipal Alberto Saavedra Pérez, en la década del 90.
Se destacó como director de la Orquesta Municipal de Cámara de La Paz, de los Coros de la Universidad Mayor de San Andrés, Academia Nacional de Policías, Colegio Alemán Mariscal Braun, Universidad Católica Boliviana, Escuela Militar de Ingeniería, Universidad del Valle – La Paz y director invitado en varios conciertos sinfónico-corales de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Asimismo, fue fiscal de la Asociación de Descendientes de los Protomártires y Héroes de la Independencia Hispanoamericana.
Entre otros galardones obtenidos por Lanza están: Medalla Franz Tamayo, conferida por la Prefectura del Departamento de La Paz (1995); Condecoración Libertador Simón Bolívar en grado de Comendador conferido por el Gobierno Nacional (1996); Gran Orden Coronel Eduardo Avaroa, otorgado por las Fuerzas Armadas de Bolivia (2001); Prócer Pedro Domingo Murillo, por el Concejo Municipal de La Paz (2006); y un reconocimiento otorgado por el Senado del Estado Plurinacional de Bolivia (2018).
Uno de sus hijos, José Miguel Lanza Segurola, aseguró que “su anhelo era dirigir un último concierto, quería dejar un legado en el país. Incentivó a sus hijos y nietos a relacionarse con la música. Era un gran hombre dedicado al arte y también a su familia”.
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