Para Bolivia, el hecho de que en México se permita a Evo Morales opinar sobre su situación política es un acto de intromisión por parte del gobierno de Manuel López Obrador, por lo que la Cancillería boliviana expresó disgusto y pide que se revise esa posición.
Esta decisión boliviana fue expresada por la canciller Karen Longaric a la embajadora mexicana en La Paz, María Teresa Mercado.
“Sorprende a Bolivia la intromisión en la que está incurriendo el Gobierno de López Obrador al permitir al expresidente Morales utilizar el territorio mexicano como un espacio de operaciones políticas, entre el expresidente Morales y su partido de Gobierno, he expresado a nombre del gobierno de Añez nuestra extrañeza y nuestros disgusto, y he pedido por favor que revisen su posición”, manifestó la ministra de Relaciones Exteriores, Karen Longaric.
Desde el lunes Evo Morales, Álvaro García Linera y Gabriela Montaño están en México, donde tiene asilo político. En suelo mexicano, el expresidente boliviano asistió a entrevistas y conferencias otorgadas a medios comunicacionales.
Morales asumió una posición política de convencer a la prensa internacional que hubo un golpe de Estado que motivó su renuncia, pese a que el contrapeso es el informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) que develó que hubo un fraude perpetrado por Morales en las elecciones del 20 de octubre.
En alguna entrevista, de las varias que dio Morales, admitió que intentó evitar que la OEA publique el informe del fraude, según reseña Pagina Siete.
Morales abrió la posibilidad de retornar al país para participar de un diálogo de pacificación, debido a los conflictos sociales que se concentran en la Sede de Gobierno boliviano.
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