Al recordarse el 207 aniversario de su gesta libertaria, las causas ciudadanas están empeñadas en dar a conocer, alertar y concienciar a la sociedad y autoridades sobre temas que consideran críticos.
Alejandra Pau / La Paz
Santa Cruz es sinónimo de tierra de oportunidades. No obstante, para activistas que lideran varias causas en ese departamento su desarrollo acelerado ha creado una paradoja en la que se invierte en el desarrollo para el futuro, pero se atenta contra los recursos naturales que se necesitan para vivir en él. A ello se suma la falta de articulación de una cultura ciudadana comprometida.
Hoy se conmemoran 207 años de la gesta libertaria de Santa Cruz, su destino pujante lidia en la actualidad con desafíos generados por el desarrollo que ha sido considerado como no planificado.
José Antonio Prado, director de la Revolución Jigote, y el militante por una ciudadanía responsable, Federico Morón, detallan tres de las causas urgentes que enfrenta este departamento.
Las áreas verdes urbanas
La Revolución Jigote es una campaña permanente de formación ciudadana que incluye estrategias, acciones y activismo. En ese marco la conservación del «capital verde” de Santa cruz de la Sierra es una de sus causas prioritarias.
La tala de tajibos plantados por el naturalista Noel Kempff en la avenida que lleva su nombre por parte del municipio cruceño como parte de la ampliación del tercer anillo, y según Prado sin ningún tipo de justificación técnica, despertó a los ciudadanos y se convirtió en el germen de la creación del Colectivo Árbol.
Para Prado esa visión de construir la ciudad se ha ido acentuando. «Esto tiene relación directa con el proceso de expansión urbana de baja densidad, con la especulación inmobiliaria, con entregarle a los grandes urbanizadores todas las decisiones y la planificación de la ciudad. Entonces, la tierra la convierten en una mercancía y obviamente a los árboles en una molestia”, argumenta Prado.
Esta tendencia «alarmante” según el director de la Revolución Jigote han fortalecido paradójicamente los movimientos ciudadanos ambientalistas.
Una respuesta ciudadana al problema es ¡Estamos a tiempo, mi pejerrey!, que realiza censos arbóreos de espacios públicos, operativos de arborización ciudadana y la implementación de viveros forestales de especies nativas para que la ciudadanía conozca, valore, cuide y defienda el patrimonio arbóreo de la ciudad.
De ellas, 13 tienen licencia ambiental, que otorga la Gobernación de Santa Cruz, y decenas no cuentan con la aprobación municipal de proyectos urbanísticos, según reveló un reportaje de El Deber.
Una de ellas es la Gran ciudad del Urubó, del Grupo Empresarial Lafuente, que ha asfaltado miles de hectáreas en Portachuelo y Copa Bélgica y no cuenta con licencia ambiental, según la Gobernación de Santa Cruz.
Morón explica que en el total de las urbanizaciones en los tres municipios podrían vivir 2,2 millones de personas y actualmente no viven más de 8.000.
Sin embargo, asegura que existe un componente crítico. Varias urbanizaciones han parcelado, hecho diques y colocado cemento sobre la recarga acuífera, una de las principales fuentes de agua en la ciudad de Santa Cruz.
«Está ocurriendo un desastre ecológico y nadie está haciendo nada. En dos años se han tirado 22.000 hectáreas en tres municipios (…). Estamos hablando de algo que tiene que ver con el futuro de los cruceños porque ahí abajo están nuestros acuíferos, Saguapac (Cooperativa de Agua Potable y Saneamiento Básico) ha dicho que si hacemos las cosas bien vamos a tener agua en 2030 y estamos haciendo las cosas muy mal”, enfatiza.
Morón ha visitado estas zonas e invitado a fotógrafos para que retraten cómo algunas urbanizaciones han cerrado riachuelos y hecho diques para denunciar lo que pasa en las redes sociales con hashtags como #TipnisCruceño.
Ante este panorama, la Secretaría de Medio Ambiente de la Gobernación determinó en mayo una pausa administrativa en la zona de la recarga hídrica en Porongo, zona del Urubó, además de una auditoría ambiental en los tres municipios implicados.
«Para eso hemos hecho informes técnicos y legales, y hemos solicitado información a los municipios y solamente tenemos conocimiento de 115 urbanizaciones en el municipio de Porongo, que ellos han aprobado como proyectos urbanísticos (…). Colpa Bélgica y Portachuelo no nos han enviado información”, sostiene la directora de Calidad Ambiental de la Gobernación de Santa Cruz, Erika Plata.
Detalla que sobre la zona del Urubó existe la recarga hídrica del acuífero que comprende 18.000 hectáreas en las cuales solamente 12 son proyectos urbanísticos y fueron aprobados, de ellos cuatro cuentan con licencia ambiental otorgada en anteriores gestiones.
Al respecto, la jefa de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Ecológica, Sandra Quiroga, manifestó que ninguna urbanización de Porongo cuenta con sistema de alcantarillado sanitario, lo que significa que tendrán que construir pozos sépticos que terminarán contaminando el acuífero y la zona.
Pensar, además, en una planta de tratamiento en Porongo es complicado porque el sector es muy accidentado por los ríos y arroyos. «No se ha planificado correctamente, va a crear un problema en todos estos municipios (…). Cuando yo he preguntado a las autoridades qué es lo que ha pasado con la normativa (ambiental), ellos me respondieron que no tienen personal para esas tareas e inspecciones”, explica Quiroga, que representa también a la Plataforma por el Medio Ambiente y la Vida.
Morón y Quiroga visitaron en agosto y septiembre el área del acuífero. Según denuncian, comprobaron que los trabajos continúan y que se está construyendo una doble vía en la zona. Durante su visita filmaron lo sucedido.
Otra de las preocupaciones, esta vez centrada en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, son las constantes muertes de peatones.
Para Prado estos sucesos lamentables son absolutamente prevenibles y tienen un origen, es la renuncia casi total de la administración pública sobre las tareas de educación vial efectiva a conductores, la adecuada señalización de las vías y el control y gestión del tráfico urbano, así como la reestructuración profunda del sistema de transporte público.
«Así como mueren mujeres asesinadas todas las semanas en este país, mueren peatones atropellados (…). Esto es claramente fruto de negligencia acumulada por varios factores, como la revisión técnica que la Policía Boliviana lleva adelante, que es un negocio. Muchos ‘cacharros’ que no deberían circular tienen la certificación y no tienen frenos para evitar atropellar a una señora, por ejemplo”, detalla Prado.
Para la Revolución Jigote el peatón es la pieza más débil de este eslabón, en donde el chofer de transporte público acelera sin miedo para llevar a más pasajeros y hacer sus rutas rápidamente.
Para revertir esta situación que deja luto en la sociedad cruceña, se realiza la campaña Paso Patito, en la que a través de brigadas de educación vial en calles integradas por voluntarios, trabajo de comunicación en redes y estrategias de incidencia en políticas públicas, se busca que la gente conozca sus derechos y responsabilidades respecto al tema, pero también la que tienen autoridades de la ciudad.
En conmemoración al 24 de Septiembre de 1810, Prado le regalaría al departamento de Santa Cruz «coherencia y honestidad” para que se digan las cosas como son. Para él, no se puede tener una gestión municipal que anuncie la recuperación de áreas verdes y por otro permita talas de árboles en bosques urbanos protegidos. «Tenemos que mirarnos a nosotros mismos, porque nosotros estamos permitiendo que se nos gobierne de esta manera”, sostiene.
Morón le regalaría a Santa Cruz «coraje” para actuar y revertir la situación ambiental actual. «En septiembre el cruceño aprovecha para gritar a todo pulmón que ama a su tierra, pero a veces vivimos en el peor concubinato con ella porque es puro amor, puro amor, pero cero compromiso”, concluye.
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