En estos últimos meses, los habitantes de Tarija, Beni, Sucre, Cochabamba y Potosí sintieron los efectos de la carencia de agua potable, sobre todo en las área rurales donde los pobladores deben recorrer largas distancias para conseguir el líquido, otros esperan días para que los camiones cisterna los aprovisionen o simplemente se quedan a esperar el turno del suministro en sus hogares.
El caso más dramático se vive en la región del Chaco, donde pobladores ven morir a su ganado por la falta de agua y deben realizar un trámite largo para que los camiones cisterna lleguen hasta sus poblaciones. De acuerdo a un reporte del diario El País de Tarija, el interesado en obtener el recurso hídrico debe pagar el diesel del vehículo y luego esperar entre cinco a siete días para disfrutar del agua para su familia y ganado. Mientras esto ocurre su animales van muriendo de sed y hambre.
La afluencia de turistas bajó a un 30% en la Laguna Colorada en Potosí, según habitantes de ese sector. Uno de los factores es que existe reducción y cada vez se seca más esta área natural.
La problemática no es actual y aún no hay propuestas para encarar está situación, sólo se dan soluciones temporales que no logra convencer es el caso del presidente del Comité Cívico de Beni, Guillermo Quimeo, que pidió al Estado buscar políticas agropecuarias para hacer frente a los efectos climatológicos.
«La realidad departamental e incluso nacional es la misma todos los años. Tenemos dos épocas marcadas, las inundaciones y la seca que nos afecta a todos», declaró a radio Bambú de la red Erbol.
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