Desde el escenario de la Escuela Secundaria Holy Bell English, Raut habló con una contundencia inusual para su edad: denunció la corrupción, el desempleo y el egoísmo de los partidos políticos. “Somos el fuego que quemará la oscuridad. Somos la tormenta que barrerá la injusticia”, proclamó frente a sus compañeros, un mensaje que rápidamente se replicó en todo el país.
La fuerza de sus palabras convirtió a este adolescente de Jhapa en símbolo de una generación cansada de promesas incumplidas. En septiembre de 2025, encabezó multitudinarias marchas en Katmandú, donde miles de jóvenes exigieron un cambio real. Las protestas, en ocasiones tensas y con brotes de violencia, consolidaron a Raut como referente juvenil e internacional de esperanza y justicia.
Hoy, Avishkar Raut es visto como la voz de un “nuevo Nepal”: un país que busca desprenderse de la corrupción y abrir camino a una sociedad más justa, transparente y con oportunidades para las próximas generaciones.
📜 El discurso completo de Avishkar Raut (traducción al español)
“Hoy estoy aquí con el sueño de construir un nuevo Nepal, con la esperanza y la pasión ardiendo en mi interior. Pero siento un gran pesar porque este sueño parece desvanecerse.
¡Levántate y brilla, futuro de este imperio que viene!
Yo, Avishkar Raut, director de esta institución, la Escuela Secundaria Inglesa Holy Bell, les doy la bienvenida con los brazos abiertos a nuestro 24.º programa anual. Me presento ante ustedes en este momento para iluminar sus conciencias, penetrando el limbo oscuro que los rodea. Estoy aquí para inmortalizar un cambio monumental en el curso de la historia.
Nepal, nuestra madre, este país nos vio nacer, nos crió. ¿Y qué pidió a cambio? Solo nuestra honestidad, nuestro trabajo duro, nuestra contribución. Pero ¿qué estamos haciendo? Estamos limitados por las cadenas del desempleo, atrapados por los juegos egoístas de los partidos políticos. La corrupción ha tejido una red que está apagando la luz de nuestro futuro.
Jóvenes, ¡alzaos! Somos los portadores de la antorcha del cambio. Si no alzamos la voz, ¿quién lo hará? Si no construimos esta nación, ¿quién lo hará?
Somos el fuego que quemará la oscuridad. Somos la tormenta que barrerá la injusticia y traerá prosperidad. Nuestros antepasados derramaron su sangre para darnos esta nación. No podemos venderla. No podemos perderla.
Ahora debemos decidir: ¿nos ahogaremos en la oscuridad de la desesperación o resurgiremos como el sol de la esperanza? ¿Cambiaremos el destino de esta nación o la dejaremos encadenada?
El rey Birendra dijo una vez: ‘Aunque muera, ¿vivirá mi país?’. Jóvenes, guarden estas palabras en sus corazones y forjen un monumento al cambio en el curso de la historia.
Nepal es nuestro y su futuro está en nuestras manos.
¡Jai Yuga! ¡Jai Nepal!”