“Nos sentíamos abandonados, pero hoy vimos que no estamos solos”. Con esas palabras, Wilson, el primogénito de Filomeno Choquehuanca, la primera víctima del coronavirus dentro de la institución del orden, agradeció la visita y ayuda del ministro de Gobierno, Arturo Murillo, y de las altas autoridades de la Policía Boliviana.
Este miércoles muy temprano, el ministro Murillo visitó a los familiares del sargento Choquehuanca y del teniente Pablo Daniel Aracena, quienes perdieron la batalla contra el coronavirus luego de luchar, desde las calles de Santa Cruz, pidiendo a la ciudadanía que no salga de sus casas con el fin de evitar la expansión de la pandemia mundial.
Han pasado 14 días de la partida del sargento Choquehuanca de 57 años. Dejó una viuda y en la orfandad a cuatro hijos, Wilson, quien es el mayor, Gabriela, Raquel y José David, de escasos 12 años. Todos ellos viven en La Guardia, Santa Cruz, en una pequeña casa ya corroída por la humedad y rodeada de algunos árboles frutales.
El teniente Aracena partió el sábado 2 de mayo. Su madre, postrada en silla ruedas, cuenta orgullosa y con lágrimas que su hijo murió cumpliendo su misión, pues daba charlas en diferentes barrios de Santa Cruz sobre el coronavirus. Además, como miembro de Radio Patrullas 110, batallaba contra la delincuencia y pedía a la gente que cumpla la cuarentena.
Ambas familias confesaron, de forma separada, que no se les pasó por la mente que iban a recibir la visita de una alta autoridad. “Nos sentíamos abandonados, pero hoy nos visitaron para brindarnos el apoyo correspondiente. En estos momentos una palabra de aliento, de ánimo, es como agua para el sediento que está en el desierto”, dijo Wilson Choquehuanca, quien contó los consejos que les dejó su padre en vida.
“Mi padre nunca hizo alarde de su trabajo, solo nos pedía ser responsables, cumplir con nuestras obligaciones, cuidar a la familia. Él nos guio por el camino de Dios, era muy fiel y creyente. Nos inculcó muchos valores como la obediencia, la responsabilidad, el compromiso, tras su partida nos sentimos solos, pero hoy vemos que no es así”, dijo Wilson.
En tanto, la madre del teniente Aracena, aún sorprendida por la visita, pidió a la población, a nombre de su hijo, cumplir con las medidas de bioseguridad y obedecer las recomendaciones de los miembros de la Policía, porque hay madres, esposas, hijos que esperan con ansias el retorno de su familiar que fue a las calles a luchar contra el coronavirus.
“A la población le digo que se cuide, que tome las medidas correspondientes, de que se queden en casa, pues muchas familias esperamos a nuestros hijos a que lleguen a nuestros hogares. Como madre estoy muy dolida por la ausencia de mi Pablito”, exhortó la madre del teniente Aracena, quien agradeció la visita del ministro.
En su visita el ministro Murillo afirmó que no los abandonará e informó que instruyó se les otorgue 100 mil bolivianos para superar, de alguna manera, las necesidades que se registran ante la partida de las primeras dos víctimas de la Policía por coronavirus. “Valientes hombres que lucharon desde las calles, nosotros no los dejaremos a su suerte, tendrán nuestro apoyo”, expresó la autoridad.
Efectivos de la Policía Boliviana cumplen labores de control de la cuarentena total en todo el país, habiéndose puesto en primera línea del combate al COVID – 19; por ello, el número de contagiados entre los uniformados asciende a 78, sobre todo debido a que los habitantes incumplen las restricciones contempladas en los decretos aprobados por el gobierno de Jeanine Áñez.
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