Con el Foro abierto: Niñas No Madres, ¡Protegerlas Ya!, la Articulación Feminista Campaña 28 de septiembre, busca mayor sensibilización sobre la situación de niñas y adolescentes, luego de conocer que la cifra más alta de embarazo adolescente la tiene el país a nivel Latinoamérica, lo que genera alarma y preocupación en el sentido de generar acciones que eviten esos casos.
La actividad se desarrolló este 28 y 29 de septiembre, en instalaciones del Centro de la Cultura Plurinacional (CCP) en la ciudad de Santa Cruz, en coordinación con acciones similares en otras ciudades del país. El foro estuvo integrado por charlas y una mini exposición de obras inspiradas en la temática, además de historias escritas. “Se tiende a creer que los casos de violaciones y de adolescentes embarazadas se dan en países del África, cuando convivimos con esa realidad y está tan naturalizada que preferimos mirar para otro lado”, dijo la activista Guadalupe Pérez Cabrera.
De acuerdo a datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), sobre el registro realizado por el Sistema Nacional de Información en Salud, en Bolivia, en 2020 se tuvo 39.999 embarazos en adolescentes. De los cuales 2.170 embarazos corresponden a niñas menores de 15 años, es decir, un promedio de seis embarazos por día en ese grupo de menores, mientras que el promedio diario de embarazo de jóvenes de 15 a 19 años fue de 104.
Pérez señaló que las cifras revelan casos en los que las víctimas accedieron a una atención en salud, pero existen muchos otros que al no acceder a un servicio sanitario no están registrados y recordó el reciente caso de una menor de 13 embarazada debido a que fue sistemáticamente violada por varios familiares en la población de Warnes. Dijo que la tarea de defender y proteger los derechos de las niñas y las adolescentes corresponde a todos, a la población civil, instituciones, autoridades, empresa, a todos, sin distinción.
La activista también mencionó las leyes vigentes en Bolivia, las que poco o nada se cumplen, como el derecho a interrumpir el embarazo en casos de violación o de riesgo en salud, condiciones que corresponden a la mayoría de adolescentes gestantes, “embarazos que son forzados no intencionales, pero qué hacen, prefieren negociar con el agresor en algunos casos, sin tomar en cuenta que, para una menor aparte de la tortura del abuso, se la obliga a la tortura de asumir el embarazo”, remarcó.
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