Su salto de las redes sociales al poder político marca uno de los fenómenos más singulares de la historia reciente del país: un influencer de TikTok convertido en vicepresidente.
Del uniforme policial al escenario político
Abogado de profesión y oriundo de Cochabamba, Edman Lara alcanzó notoriedad pública en 2023 cuando comenzó a publicar videos en TikTok denunciando actos de corrupción dentro de la Policía Nacional.
Su lenguaje directo, provocador y sin filtro lo convirtió rápidamente en un personaje viral, seguido por miles de ciudadanos cansados de los abusos institucionales y la impunidad.
“Yo no tengo miedo de decir la verdad. En la Policía hay corrupción y encubrimiento”, decía en uno de sus videos más difundidos.
Su popularidad creció al ritmo de la indignación social, especialmente entre los jóvenes y trabajadores informales, sectores históricamente distantes de la política tradicional.
El “Capitán” que desafió al sistema
Lara fue sancionado y suspendido de la Policía por un año, acusado de “uso indebido de influencias”, y pasó un breve periodo detenido en 2023.
Esa experiencia, lejos de debilitarlo, consolidó su imagen de “justiciero incorruptible” frente a la burocracia estatal.
El mote de “El Capitán” nació en esos días, cuando cientos de seguidores replicaban sus videos llamándolo así.
Para sus simpatizantes, era un “soldado del pueblo”; para sus detractores, un populista oportunista con un discurso simplista y agresivo.
Del TikTok al Palacio Quemado
En 2025, Lara dio el salto definitivo: aceptó la invitación de Rodrigo Paz para acompañarlo como candidato a vicepresidente por el PDC.
Una fórmula que, a primera vista, parecía improbable: el político moderado y el policía rebelde, unidos bajo el lema del “capitalismo para todos”.
Pero la combinación resultó ganadora. Paz aportó experiencia y equilibrio; Lara, conexión emocional y discurso antisistema.
“Representamos a los bolivianos de a pie, los que trabajan, los que no roban, los que no viven del Estado”, declaró el entonces candidato Lara en uno de sus últimos actos de campaña.
Polémicas y críticas
El estilo confrontacional de Edman Lara no pasó desapercibido. La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB) emitió un comunicado condenando sus “expresiones agraviantes, difamatorias y amenazantes” contra comunicadores y medios.
También fue cuestionado por sectores de derechos humanos que alertaron sobre su lenguaje autoritario y su afinidad con discursos de mano dura.
Sin embargo, su figura conectó con un país hastiado de escándalos, burocracia y corrupción. En la segunda vuelta, su nombre —más que su cargo— se volvió un símbolo de ruptura con la vieja política.
Un vicepresidente inesperado
Hoy, el “Capitán” Edman Lara enfrenta el desafío de pasar del TikTok al gobierno real. Deberá demostrar que su popularidad puede traducirse en gestión y que su retórica anticorrupción no se diluye en los pasillos del poder.
Mientras Bolivia gira hacia una nueva etapa política, el país observa a un vicepresidente que no viene de los partidos tradicionales, sino de las redes sociales y de la indignación ciudadana.
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