POR: Juan Pablo De Rada
El pasado 9 de septiembre se firmó una nueva ordenanza municipal que permite la construcción de inmuebles verticales de hasta 40 pisos en diversas zonas de la ciudad de La Paz.
La misma tuvo críticas, y las críticas vinieron de todos lados. La verdad, que este problema es una problemática de todos, ya que en diversos periodos históricos y estamentos socio económicos e ideológicos, la idea siempre fue la misma: crecer para arriba y dejar algo pomposo para que recuerden una era política o un discurso entre egos.
PRIMERA ACTO: BANCO CENTRAL DE BOLIVIA (1981)
Cuando en 1972 llegó el funcionario internacional del Banco Mundial, Henry J. Constanzo, lo hizo para modernizar el sistema financiero del banco central y sujetarla a una nueva modalidad de producción de créditos. Este cambio, por ejemplo, permitiría la emergencia de la Cooperativas de Ahorro y Crédito del país.
Pero Constanzo vio algo más preocupante, el Banco Central no tenía infraestructura adecuada. La ideología financiera del momento era la “manhatanización”, es decir, construir edificios corporativos pomposos y verticalistas.
Así nació la idea de un nuevo edificio. Pero lo cierto es que el inmueble podía ser ejecutado en un área con menos impacto urbanístico. Pues no, los políticos tienen su ego, y tal vez lo que les quita el sueño, es que quieren trascender a toda costa.
Pues, el entonces coronel / general Hugo Bánzer, decidió erigir el inmueble del Banco Central a dos cuadras de la plaza Murillo, en una zona que no estaba preparada para soportar las demandas técnicas de semejante inmueble.
SEGUNDO ACTO: CASA GRANDE DEL PUEBLO (2018)
Fue construido con la idea de sustituir al ya obsoleto Palacio de Gobierno, o Palacio Quemado como se conoce coloquialmente.
En realidad, el gobierno de Juan Evo Morales estaba dejando una estela de modernidad en el país que se evidenciaba en teleféricos, nuevos aeropuertos, grandes inmuebles públicos y hasta inmuebles multifamiliares subvencionados por las arcas públicas. Modernidad en todo lado.
Estamos hablando del periodo 2014, cuando el gobierno está en su mejor momento. El Proceso de Cambio tuvo un crecimiento vertiginoso hasta el 2016, en cuestión de ingresos fiscales e inversiones públicos – privados. En ese año se pensó en sustituir las funciones del viejo Palacio Quemado.
Pero se les fue la mano, o sencillamente aplicaron la misma lógica que aplicó el coronel / general Hugo Bánzer, con su Banco Central, inflar el ego y dejar “trascendencia” de político.
Destruyeron un inmueble patrimonial del centro, y construyeron un edificio de arquitectura brutalista similar al Banco Central, en una zona atestada de construcción de todas las eras, y en callejuelas que fueron diseñadas en la Colonia, además, de la poca visión urbanística de ensanchamiento callejero, salvo, el de Emilio Villanueva en los 30´s y 40´s del XX, de la avenida Camacho, construida cuadras abajo de estos dos inmuebles, el Banco Central y la Casa Grande.
TERCER ACTO: GREEN TOWER (2022)
La llaman coloquialmente “Qhinchha Uta”. Otros, los locales zona sureños de La Paz, la ven con más orgullo. Le sacan fotos de aquí y allá, perfilando su impronta inmobiliaria verduzca sobre la principal avenida de la Zona Sur, “la Ballivián”.
Es obra de Samuel Doria Medina, un exitoso empresario cementero que no tuvo suerte en la política, y que buscó el poder a toda costa. Pero fue político al fin, y tuvo hasta sus estructuras políticas.
La lógica es la misma, buscar la “trascendencia” a toda costa. El inmueble fue erigido en una zona que históricamente tenía un patrón de uso de suelo entre polémico y poco dado a los verticalismos. El edificio más alto de “la Balliviían” en los 90´s, era el Edificio Ketal de la calle 15 de Calacoto. Con sus apenas 6 pisos, los dueños del inmueble, la Familia Adler, tuvieron que incluso construir el hipermercado que da nombre a su institución empresarial, en el subsuelo del inmueble, e incluso, el parqueo lo hicieron por debajo de ese subsuelo.
Es que la idea era sencilla, había una norma de edificios verticales en la Zona Sur, y esta se cumplía al pie de la letra. En menos de dos décadas, “la Ballivián” pasó de tener inmuebles de menos de 10 pisos a construcciones que superan las 30 plantas.
EPÍLOGO
Sin importar la ideología, sin importar los periodos históricos, los paceños tenemos una manía por construir hacia arriba, sin importar si se lo hace en zonas con alto valor patrimonial histórico (la destrucción de Sopocachi y San Jorge, en los 70´s, para construir edificios de mal gusto, es algo que ya debería tener su estudio histórico de impactos inmobiliarios).
Pero también somos la sede política del país, y dejamos que el ego de los políticos y las ambiciones de trascendencia política y económica, destruyan bienes patrimoniales urbanos, y además, saturen una ciudad que ya en los 90´s del siglo XX pedía un cambio millonario en la red de agua potable y alcantarillado.
La ciudad se está sofocando por su manía de falta de espacio.
IMÁGENES
(1) Fotografía del año 2017, perteneciente a la página de Facebook, “La Paz, Bolivia”, y que fue publicado el 12 de mayo de 2017. En esta fotografía se ven los dos inmensos inmuebles brutalistas, el ya acabado Banco Central erigido entre 1976 y 1981, y la Casa Grande del Pueblo en pleno proceso de construcción, superando en altura para esos días, incluso, al Banco Central. Dicho inmueble sería inaugurado en 2018.
(2) El Green Tower en plano proceso de construcción, en una imagen tomada del portal de YouTube, de la página personal de “Matías San”, la cual fue filmada con un dron. Ahí el inmueble está en proceso de edificación y se puede ver su inmenso esqueleto de concreto opacando el entorno con construcciones claramente más pequeñas.
Facebook Comments