El departamento de Cochabamba se ha convertido nuevamente en el epicentro de una protesta nacional. Grupos afines al expresidente Evo Morales iniciaron un bloqueo de carreteras que desde este martes se ha radicalizado, afectando severamente la circulación hacia seis departamentos del país: Oruro, La Paz, Potosí, Chuquisaca, Santa Cruz y, en menor medida, Pando.
De acuerdo con el reporte más reciente de la Administradora Boliviana de Carreteras (ABC), al menos 10 puntos estratégicos permanecen bloqueados. Las vías más afectadas se encuentran en la carretera antigua a Santa Cruz —con cortes en Tarata, Totora, Epizana y Vacas—, así como en las rutas al occidente y sur del país, donde se reportan bloqueos en Suticollo, Bombeo, Confital, Sacaba, Tolata, Quillacollo y el puente San Isidro, entre otros.
El detonante de estas movilizaciones es la exigencia de que Evo Morales sea habilitado como candidato presidencial para los comicios del 17 de agosto, algo que ha sido rechazado tanto por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) como por el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), que ha reiterado que la reelección indefinida no está permitida en Bolivia. Morales ya gobernó durante tres gestiones consecutivas entre 2006 y 2019.
Los bloqueos comenzaron hace una semana en La Paz, pero se intensificaron a partir del lunes 2 de junio, con un despliegue masivo de campesinos y cocaleros en Cochabamba. En respuesta, la Policía Boliviana intervino este martes en el sector de Pankuruma, municipio de Sipe Sipe, utilizando maquinaria pesada para despejar parte de la vía. No obstante, los manifestantes mantienen la presión con vigilias permanentes en varios puntos, y las terminales de buses en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz han restringido sus salidas debido a la intransitabilidad de las rutas.
Desde el Ministerio de Gobierno se anunció que efectivos policiales permanecerán en las zonas más conflictivas para evitar nuevos bloqueos. Sin embargo, la situación se mantiene crítica, ya que los sectores movilizados afirman que no levantarán sus medidas hasta que se cumplan sus demandas, incluyendo la renuncia del presidente Luis Arce Catacora.
Esta oleada de protestas refleja con claridad la profundización de la fractura interna en el Movimiento al Socialismo (MAS), donde los sectores evistas han tomado una postura abiertamente confrontacional frente al actual Gobierno, reconfigurando el escenario político rumbo a las elecciones generales.
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