No fue nada fácil pronosticar un ganador en este Portugal-Francia. Primero, por la grandeza de ambas selecciones, candidatas máximas al título. Y segundo, porque ninguna de las dos lo puso fácil, pues el gol les siguió siendo esquivo a ambas y el vencedor se tuvo que decidir desde la tanda de penaltis. Un punto fatídico que hizo sonreír a ‘les bleus’ y derramó lágrimas en el lado luso, aunque perfectamente pudo ser al contrario.
Un partido que pareció comenzar por la puerta grande, pero que muy pronto dilucidó la verdadera realidad de ambos conjuntos: falta de ideas, escasez de atrevimiento y poca efectividad. Ambas se fueron turnando el dominio del esférico, aunque eso no se transformó en ocasiones.
De hecho, la primera para el cuadro luso se dio en el minuto 17. Un disparo de Bruno Fernandes desde lejos que golpeó en Saliba y se perdió por línea de fondo. Superado el ecuador de la primera mitad, los galos tuvieron sus primeros acercamientos, por partida doble. Theo Hernández alcanzó la frontal del área y golpeó el balón con dureza. Después, Mbappé apuró línea de fondo, pero ambas jugadas acabaron con el mismo final, que no fue otro que el buen hacer de Diogo Costa, héroe ante Eslovenia.
Tanto Portugal como Francia se mostraron muy erráticos en la zona de tres cuartos. Algo que imposibilitó que sus ocasiones llegaran a buen puerto. Fallos en los controles, disparos desviados y una sensación de que el ritmo de juego de ambos combinados estaba atascado.
Así se llegó al final de los 45 minutos, con la esperanza de que la segunda mitad trajese consigo mejor juego y, sobre todo, goles.
Comenzó con genio y Soltura Francia, que en una de sus primeras combinaciones, se acercó al arco rival con un disparo de Mbappé. Sin embargo, la pelota fue atrapada por Diogo Costa. No estaba siendo el día del ’10’ de ‘les bleus’ este viernes tampoco y eso lo echó en falta su equipo.
Pese a ello, Portugal no había dicho su última palabra y apretó en busca del tanto que desequilibrase el marcador. Así pues, Bruno Fernandes penetró en el área y cruzó la pelota, pero Maignan le sacó una mano abajo que fue providencial para evitar el 1-0. Apenas unos minutos después, Vitinha tuvo el gol en bus botas, pero el meta francés volvió a intervenir con gran maestría.
El partido estaba roto y había peligro en las dos áreas, aunque ninguna selección era capaz de precisar sus oportunidades. Kolo Muani se encontró con la pelota en el área y buscó el disparo ante la salida de Diogo Costa. Se tiró con todo Rúben Dias, que tocó lo justo y despejó la pelota.
Dembélé cambió el partido
La Selección Francesa notó la entrada de Ousmane Dembélé al campo. El extremo fue de lo más peligroso para su equipo y el que gozó de las mejores ocasiones. Su desborde y velocidad hicieron acto de presencia y en el 73′ pudo poner el 0-1, aunque su chut se marchó ligeramente desviado tras tocar en la cruceta.
Siguió llevando la guerra por su cuenta el ’11’, sin apenas compañía por parte de sus compatriotas y con una manada de defensas portugueses que le encimaron sin cesar. De hecho, así fue el final del encuentro, con ambos equipos siendo auténticas fortalezas defensivas y con la prórroga en el horizonte.
Un Francia mediocre acaba con sonrisa
Los 30 minutos extra dieron comienzo con una ocasión clara y manifiesta para Portugal. Se marchó de su par Conceiçao y jugó con Cristiano a la altura del punto de penalti. El ‘7’ metió el pie demasiado abajo y envió la pelota a las nubes. Fue muy clara y el delantero se llevó las manos a la cabeza, consciente de la ocasión que había desperdiciado.
Los minutos fueron avanzando y fue a Portugal a quien se le vio un tanto más lanzada al ataque. Eso sí, también le faltó precisión. Ejemplo de ello fue el cabezazo de Joao Félix al lateral de la red tras un genial contragolpe.
Michael Oliver decretó el final de los 120 minutos y el segundo semifinalista se iba a decidir desde los once metros. España ya esperaba a su rival del próximo martes.
Francia fue la encargada de romper el hielo con un lanzamiento impecable de Dembélé, el mejor futbolista de la noche. Le siguió Cristiano, que no perdonó pese a amagar y esperar hasta el último segundo.
Fofana anotó y Bernardo Silva sacó a relucir su calidad a balón parado. La tanda continuó y Koundé engañó a Diogo Costa con un disparo fuerte y por arriba. Fue entonces cuando llegó el momento cumbre de la noche. Joao Félix eligió el lado, cogió carrerilla, pero su lanzamiento golpeó en el palo.
Barcola puso por delante a Francia, Nuno Mendes mantuvo la esperanza hasta el final y Theo Hernández no falló para meter a Francia en las semifinales de la Eurocopa pese a su pobre imagen, las dudas que levanta en cada partido y el bajo rendimiento de su principal estrella: Kylian Mbappé. La cruz le salió a la Portugal de Cristiano, que se quedó con la miel en los labios y dijo adiós a un torneo que, con casi total seguridad, será el último de su gran capitán Cristiano Ronaldo.
Fuente: BESOCCER
Facebook Comments