¿Te ha pasado que en invierno tu ciclo se vuelve más largo, más corto o más doloroso? No estás imaginando cosas: diversos estudios confirman que el frío y los cambios estacionales pueden afectar tu menstruación de forma real.
Las temperaturas bajas pueden provocar más molestias físicas, como cólicos intensos, o cambios emocionales relacionados con la fatiga o el desánimo. Además, factores como la menor exposición al sol, la calidad del sueño o el estrés estacional pueden alargar el ciclo o afectar la ovulación, según estudios.
“El frío influye más de lo que parece. En Bolivia, notamos que muchas mujeres se enfrentan a estos cambios sin saber que existen opciones accesibles y seguras para manejarlos”, comenta Carlos Morón, director en Bolivia de DKT Internacional, organización sin fines de lucro que promueve la planificación familiar a través del marketing social.
Factores como la menor exposición solar, la temperatura ambiental y la calidad del sueño pueden influir en la duración del ciclo y la frecuencia de la ovulación. Diversas investigaciones recopiladas por la revista Gynecology Endocrinology evidencian que los ciclos tienden a alargarse ligeramente en invierno y que la ovulación puede ser menos frecuente.
Además de hábitos saludables como una buena alimentación y actividad física, existen tratamientos hormonales, como anticonceptivos orales que combinan desogestrel, drospirenona o etinilestradiol, que pueden ayudar a mantener un ciclo más regular y reducir molestias como los cólicos o los cambios de humor.
Los anticonceptivos orales mencionados no solo previenen embarazos, sino que también ayudan a equilibrar las hormonas. “En nuestro trabajo en distintas regiones del país, vemos que hay desconocimiento sobre cómo ciertos métodos anticonceptivos también pueden ayudar a mantener ciclos más regulares”, señala Morón.
Este tipo de métodos contribuyen a mantener un equilibrio hormonal más constante y están presentes en varias opciones que DKT distribuye en el país. “Es clave que las mujeres sepan que estos tratamientos existen y que consulten siempre a un profesional de la salud para encontrar la opción más adecuada a sus necesidades”, añade.
El invierno sí puede alterar tu ciclo, pero no hay que resignarse a sentirse mal. Hay maneras de retomar el control, informarse y encontrar lo que mejor se adapta a cada cuerpo.