EL CAOS EN LAS CALLES
La empresa de transporte público RioOnibus informó que al menos 50 autobuses fueron robados y utilizados por los narcotraficantes para bloquear calles y avenidas.
Las líneas de transporte fueron desviadas, el metro y el tren metropolitano colapsaron y miles de personas quedaron varadas en el regreso a casa.
Las universidades, incluida la Universidad Federal de Río de Janeiro, y numerosas escuelas públicas y privadas cerraron antes de hora ante el avance de los tiroteos.
RESPUESTA OFICIAL
Ante la situación crítica, la Alcaldía de Río de Janeiro declaró el nivel 2 de riesgo (en una escala de 5) y activó su centro de operaciones.
El alcalde Eduardo Paes pidió mantener la calma y ordenó que los servicios públicos sigan funcionando para evitar que el crimen paralice la ciudad.
“Río no puede convertirse en rehén de los grupos criminales”,
afirmó Paes en conferencia de prensa.
El edil también denunció una campaña de desinformación en redes sociales, promovida por las bandas, para sembrar miedo y desmovilizar a la población.

OPERACIÓN MÁS LETAL DE RÍO
La ofensiva que detonó la violencia se realizó en las favelas de Penha y Alemão, donde participaron 2.500 policías con el objetivo de capturar a líderes del Comando Vermelho.
El saldo fue de 64 muertos (entre ellos 4 policías), 81 detenidos, 93 fusiles decomisados y grandes cantidades de droga incautadas.
Según las autoridades, se trata de la operación policial más letal en la historia de Río de Janeiro.
BLOQUEOS Y PÁNICO
Entre las vías más afectadas estuvieron la Avenida Brasil, la Línea Roja, la Línea Amarilla y la Vía Grajaú-Jacarepaguá.
Incluso la principal ruta hacia el aeropuerto internacional fue bloqueada temporalmente, lo que generó retrasos en los vuelos y caos vehicular.
EL PODER DEL COMANDO VERMELHO
El Comando Vermelho (CV) nació en la década de 1980, cuando la dictadura militar brasileña encarceló en las mismas prisiones a delincuentes comunes y guerrilleros con formación política y militar.
De esa mezcla surgió una de las redes criminales más poderosas de Sudamérica, dedicada al tráfico de drogas y armas, con presencia en todo Brasil y fuerte control en las favelas de Río.
Mientras la Policía y la Guardia Municipal intentan liberar las calles bloqueadas, la población carioca revive escenas de una guerra urbana que parece no tener fin.

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