Forman parte de una misión del Observatorio Complutense contra la Desinformación que llegó a Bolivia para trabajar con un equipo interinstitucional en el análisis y sistematización de datos recabados en la primera y segunda vuelta de las elecciones 2025. Los resultados se darán a conocer el próximo lunes 20 en la UPSA.
Los expertos en Comunicación Pública, Carmen Beatriz Fernández y Jordi Rodríguez Virgili del Observatorio Complutense contra la Desinformación, ofrecieron a estudiantes de la Facultad de Humanidades, Comunicación y Artes de la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA) la conferencia Desinformación en Procesos Electorales, donde hicieron un repaso por los hechos que marcaron el origen de la desinformación, los riesgos que conlleva para las democracias y las pautas para poder contrarrestar esta tendencia de comunicación.
Los expertos señalan el 2016 como el año clave para entender el fenómeno de la desinformación. Ese año, sucedieron tres hitos importantes: las elecciones presidenciales de Estados Unidos donde ganó Trump; el referéndum del Brexit, donde una mayoría votó para que el Reino Unido salga de la Unión Europea; y el referéndum de la paz en Colombia, donde ganó el No al acuerdo para poner fin al conflicto con la guerrilla.
“Primero, en estas tres campañas pasó lo improbable. Segundo, las encuestas de opinión pública empiezan a equivocarse con más frecuencia. Tres, los influenciadores de la sociedad, las élites intelectuales y las élites de medios de comunicación, empiezan a anotarse a opciones que pierden. Y un cuarto elemento, es que empiezan a ganar las campañas que reflejan la rabia de una sociedad”, indicó Fernández.
En este contexto, empiezan a acuñarse conceptos como la posverdad, donde los hechos prácticos dejan de ser tan relevantes y pasan a ser más relevantes las emociones y los sentimientos, y las creencias previas o sesgos. Aquí también surge el término fake news o noticias falsas, una contradicción en sí misma porque en términos conceptuales, una noticia no puede ser falsa; es así que se utiliza desinformación para definir estos eventos.
“En esta era de la posverdad, los hechos van a ser menos relevantes que las creencias, Es decir, estoy de acuerdo con un hecho o una noticia, si eso refuerza mis prejuicios. Hoy decidimos en qué creemos primero y luego decimos qué vemos. De manera que lo que vemos, refuerza lo que creemos”, señaló Rodríguez.
Según los conferencistas, se puede diferenciar tres tipos de desinformación: la ideológica, que es la que busca afectar a los procesos electorales, que suele ser más bien de carácter interno, y que busca denigrar la honorabilidad, el prestigio, la credibilidad o la confianza sobre las políticas del oponente rival; las injerencias extranjeras, que tiene que ver con las desinformaciones de carácter geoestratégico-geopolítico, donde terceros países o actores estatales buscan desestabilizar las democracias; y la desinformación de carácter económico, que busca la viralización en redes sociales, para monetizarlo y ganar dinero.
También indicaron que una característica importante de la desinformación actual es el paso de posts puntuales en redes sociales, a relatos estructurados, donde se construye una narrativa alrededor de temas vulnerables, logrando que al final, se desconfíe en el sistema electoral. “La desinformación no busca tanto que creas en algo concreto, sino crear incertidumbre. Que al final dudes de todo”, aseguró Rodríguez.
Esto nos lleva al 2025, donde la disrupción tecnológica brinda las herramientas para convertir a cualquiera en un desinformador en potencia, a que se difunda a una velocidad más rápida, apelando a las emociones y los sesgos de la sociedad, y a ser compartidas y difundidas en un espacio público fragmentado, lo que hace aún más difícil poder combatirla.
Al finalizar, los expertos hicieron un llamado a la responsabilidad de los futuros profesionales de la comunicación para luchar contra la desinformación y profundizar en la democracia; y brindaron tres claves que pueden ayudar a lograrlo: la desinformación se combate con la información, no con el control o con reducción de la libertad de expresión; alfabetización digital de la ciudadanía; y la colaboración público-privada.
Se presentarán resultados del análisis de desinformación en las elecciones en Bolivia
Fernández y Rodríguez forman parte de una misión de investigación del Observatorio Complutense contra la Desinformación de España, que está de visita en Bolivia para hacer un seguimiento al trabajo de monitoreo, sistematización y análisis de los eventos de desinformación durante el proceso electoral en Bolivia, una iniciativa interinstitucional de la cual forma parte la UPSA, Bolivia Verifica, la UCB, con el apoyo del PNUD y el Órgano Electoral, entre otros.
Específicamente, la UPSA está a cargo de la codificación de los incidentes desinformadores con la metodología que utiliza el Observatorio. La Universidad recibe los incidentes desinformadores que le comparte Bolivia Verifica cada semana, los analiza y codifica, y a partir de ese análisis presentarán un informe comunicacional de lo que ha sido la desinformación en este proceso electoral.
“Es una iniciativa de alto alcance muy importante para que nuestros estudiantes se involucren, sobre todo en una problemática actual como es la desinformación, que afecta a los procesos electorales y la democracia, pero también a otros sectores, como las instituciones y empresas. Sumarnos a este equipo nos permite trabajar desde la Comunicación y entender cómo las nuevas tecnologías se están poniendo al servicio de la desinformación”, comentó Mariana Ríos, docente en permanencia de la Facultad de Humanidades, Comunicación y Artes de la UPSA.
Aunque se utiliza una metodología estándar, los procesos de codificación y análisis se han adaptado para entender mejor el contexto del país donde se realiza cada investigación. Un primer balance de los resultados de este trabajo se presentará el lunes 20, luego de las elecciones, y un informe final se dará a conocer más adelante.
Acerca de la UPSA
Con cuatro décadas de solidez, la Universidad Privada de Santa Cruz de la Sierra (UPSA) es un pilar indiscutible en la educación superior boliviana y brinda una formación de clase mundial. Con 20 carreras de pregrado y su Dirección de Postgrado tiene reconocimiento y acreditación internacional y posee programas de Intercambios y Doble Titulación, además de ‘minors’ (Menciones) en todas sus carreras. Reconocida de manera consistente por su excelencia, la UPSA ostenta el título de la universidad con la mejor reputación corporativa en Bolivia por décimo año consecutivo, según el prestigioso Ranking MERCO. Celebra el legado y aporte a nuestro país con 11.500 graduados en pregrado que ejercen como líderes en empresas y son emprendedores de múltiples empresas exitosas. La UPSA fue creada en 1984 por la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO) y es una institución civil de derecho privado sin fines de lucro que tiene como propósito fundamental desarrollar programas de formación, investigación y extensión. Es una institución cruceña que representa a la región y a su identidad local, pero con mentalidad global.
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