El conflicto político y social se intensifica en Bolivia. La jornada del miércoles dejó al menos cuatro muertos: tres policías en Llallagua y una persona en Cochabamba. Mientras el Gobierno enfrenta una presión creciente, sectores “evistas” mantienen protestas y bloqueos en distintas regiones del país, en rechazo al gobierno de Luis Arce y en demanda de elecciones abiertas. El trasfondo es la pugna interna en el MAS y la intención de Morales de volver a la presidencia.
En un mensaje publicado la noche del miércoles, el expresidente Evo Morales se pronunció abiertamente en favor de las protestas sociales protagonizadas por sus bases. Denunció la “criminalización” de la protesta y acusó a las fuerzas del orden de reprimir al pueblo. “No se combate el hambre con bala, no se responde a la pobreza con represión, y no se defiende la democracia proscribiendo a líderes o partidos”, expresó.
Morales también compartió un reporte de una presunta víctima fatal por represión en Cochabamba, aunque en paralelo se confirmó la muerte de dos policías en Llallagua tras enfrentamientos con bloqueadores vinculados a su facción.
En contraste, las reacciones de la oposición no se hicieron esperar. Manfred Reyes Villa, líder de Súmate, fue tajante: “¿Sabe qué tiene que hacer el Gobierno? Agarrarlo al Evo. Listo. Y se termina todo”. Afirmó que si él fuera presidente lo detendría sin necesidad de muertos, y planteó un “mecanismo militar” para capturarlo, calificando a Morales como “cobarde”.
Por su parte, Samuel Doria Medina, de Unidad Nacional, pidió que el Gobierno “ejecute la orden de captura contra Morales de una buena vez”, responsabilizándolo por los bloqueos y la crisis actual. “Ya basta de que los bolivianos sigan sufriendo por sus caprichos de poder”, remarcó.
El gobernador cruceño Luis Fernando Camacho también se sumó a las críticas, culpando a la “inoperancia del Gobierno” por no aplicar las leyes y permitir la impunidad de Morales, a quien se refirió como “prófugo”.
Carlos Mesa, expresidente y líder de Comunidad Ciudadana, fue más allá al calificar de “inadmisible la permisividad” del gobierno de Luis Arce frente a la violencia desatada. “Exigimos una investigación inmediata y sanción drástica contra los culpables materiales e instigadores de estos crímenes”, dijo, haciendo alusión directa a Morales y sus seguidores.
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