Tras 50 partidos de 51 que se van a disputar en esta Eurocopa, todos hemos escarmentado con eso de no juzgar por las apariencias. No dejarse llevar por las primeras impresiones. Aquel 14 de junio casi ningún aficionado pudo imaginarse que España e Inglaterra serían las dos finalistas de esta edición. Hoy, a solo 4 días de la gran cita, estos dos combinados nacionales lucharán por el cetro europeo.
‘La Roja’ ha convencido de principio a fin, pero el conjunto de los ‘tres leones’ no ha hecho más que recibir críticas y, sobre todo, salirse de ese camino que todos fuimos diseñando en nuestras cabezas para esa gran cita. Un sendero al que Inglaterra regresó de la forma más épica y agónica que existe, por mediación de Olli Watkins, que apenas ha tenido participación en el torneo, con un gol de los que te hacen saltar del asiento en el minuto 91 del choque.
Y eso que el partido no pudo comenzar mejor para Países Bajos. Los de Koeman fueron más verticales en los primeros compases del choque y no dudaron el volcarse hacia la portería de Pickford en cuanto tuvieron oportunidad. Así, en el minuto 7 de partido, Xavi Simons se sacó una genialidad desde la frontal del área. La perdió Declan Rice ante la presión del ‘7’. El centrocampista recuperó el esférico, condujo hacia portería y se sacó un misil que fue imparable para el meta del Everton.
Se animó Inglaterra tras el gol y empezó a pisar con mayor asiduidad el área de Verbruggen, que quiso ser verdugo de Kane en su primer disparo, pero el delantero no estuvo por la labor de rendirse. Así, en el 13′, el atacante del Bayern remató una pelota suelta en el área, pero su chut se fue por encima de la portería. No obstante, el ‘9’ se quejó con insistencia de que había recibido un golpe de Dumfries.
Zwayer fue alertado por el VAR y tras unos minutos de deliberación y de ver la jugada en el monitor, el árbitro alemán decretó la pena máxima. Fue el propio Kane el que transformó el empate con un disparo ajustado a la derecha del portero, totalmente imparable.
Esto tanto golpeó directamente a la moral neerlandesa. Inglaterra percutió el arco rival y la ‘Oranje’ se defendió como pudo de arreón. En el 24′, Foden tuvo en su poder la más clara del momento tras una internada en el área, aunque su disparo mordido fue despejado sobre la misma línea por Dumfries.
Fue el propio defensor el que, en el 29′ y tras un saque de esquina, cabeceó con potencia, pero su testarazo se estrelló en el travesaño. A esto respondió Foden, como si de un duelo entre él y el neerlandés se tratase. El del City condujo hacia dentro, cargó la pierna y se sacó un disparo cerrado que pegó en el palo antes de perderse por línea de fondo. Hubiese sido un verdadero golazo.
La recta final de la primera mitad estuvo en poder de Inglaterra, con varias llegadas a la portería de Verbruggen, pero que ninguna de ellas llegó a buen puerto. Con esto se llegó al final de los primeros 45 minutos. Con empate a uno en el marcador y con todo por decidir en la segunda parte.
De la diversión al aburrimiento
Una segunda mitad que se esperaba apasionante y que fue todo lo contrario. El fiasco fue tremendo, pues ninguno de los dos combinados nacionales salió a por el partido. Los dos conjuntos le pusieron pausa y cabeza a un choque que ya había perdido esa chispa de la primera parte.
Un juego que no se recuperó hasta bien superada la hora de partido. En una acción sin peligro aparente, Veerman sacó el guante y metió un balón colgado al segundo palo. Allí, tras dejar que botase la pelota, Van Dijk remató como pudo y Pickford se lució para mandar la pelota a córner.
El partido entró en sus últimos 15 minutos de juego y todo estaba aún por decidir. Países Bajos se echó el peso del partido a su espalda y trató de meterle el miedo en el cuerpo a los ingleses. Algo que consiguió abusando de los centros al área, aunque no tuvo mucha eficacia en los remates.
En el 79′, Saka mandó al fondo de la red un balón desde la derecha de Walker. Sin embargo, el lateral partió ligeramente adelantado y el linier levantó la bandera, acertando por completo en su decisión.
Cuando no quedan fuerzas, pero sí fe
El partido apuntaba a la prórroga a falta de dos minutos para el pitido final. Sin embargo, a un chico que apenas había tenido protagonismo en el torneo (solo 20 minutos) le dio por divertirse.
Una vez conocido el añadido de dos minutos, Cole Palmer inició un contragolpe magnífico para, en apenas unos toques, servir un buen pase en profundidad para Watkins. Este, que no es nuevo en esto de marcar goles, recibió de espaldas, se acomodó la pelota tras un control perfecto y se sacó un disparo cruzado a la cepa del poste derecho de Verbruggen. Gol y locura inglesa a escasos minutos del final.
Lo intentó con más fe y oficio Países Bajos que verdadero peligro. El partido estaba hecho y así lo refrendó Felix Zwayer con el pitido final. Un silbido que significó el pase a la final de una Inglaterra que, cuando más tocada estaba, sacó fuerzas de flaqueza y emergió para tratar de conseguir lo que no pudo hacer en la anterior edición. Eso sí, enfrente tendrá a España, con la ilusión y la convicción para salir campeona. La batalla de Berlín está a punto de comenzar.
Fuente: BESOCCER
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